Después de la ortodoncia, los dientes pueden moverse, sobre todo durante el primer año. Los retenedores ayudan a mantener la posición correcta mientras el hueso y los tejidos se fortalecen.
Al ser de uso diario, si no se limpian bien, pueden acumular placa bacteriana, manchas y generar mal olor. Esto afecta a la estética, a la higiene e incluso puede comprometer la salud de tu boca y la efectividad del tratamiento.
En este artículo vamos a contarte cómo limpiar los retenedores dentales de forma correcta, tanto en tu rutina diaria como en casos en los que están muy sucios. También veremos los errores más comunes que debes evitar y algunos consejos prácticos para que te duren más tiempo en perfecto estado.
Tipos de retenedores y cómo influye en su limpieza
Antes de elegir el método de limpieza, es importante saber qué tipo de retenedor tienes, ya que cada uno requiere cuidados específicos:
- Retenedores fijos (linguales)
Se colocan en la parte interna de los dientes y no se pueden quitar. La limpieza se hace con un cepillo interdental o hilo especial para ortodoncia, prestando atención a la zona donde el alambre está pegado. - Retenedores removibles de acrílico y alambre (tipo Hawley)
Combinan una placa acrílica con un arco metálico. Se deben limpiar fuera de la boca con un cepillo suave y jabón neutro, evitando el agua caliente para no deformar el acrílico. - Retenedores removibles transparentes (tipo Essix)
Son férulas finas de plástico transparente. Aunque son discretos, tienden a acumular manchas y sarro si no se limpian a diario. La limpieza debe ser suave, sin productos abrasivos para no rayar la superficie.
Lo más importante es conocer el material de tu retenedor para elegir el método de higiene adecuado y prolongar su vida útil.
Limpieza diaria básica
Aquí te dejamos el procedimiento recomendado para una rutina de limpieza diaria:
- Quítate el retenedor antes de comer
Así evitarás que se acumulen restos de comida que favorezcan el crecimiento bacteriano. - Acláralo con agua fría o tibia
Hazlo justo después de retirarlo, para eliminar la saliva y restos superficiales. Nunca uses agua caliente, ya que puede deformar el material. - Cepíllalo con suavidad
Utiliza un cepillo de cerdas suaves (distinto al de tus dientes) y jabón neutro o lavavajillas suave. Realiza movimientos delicados para no rayar la superficie. - Aclara bien antes de guardarlo
Es importante eliminar cualquier residuo de jabón para evitar irritaciones en la boca. - Guárdalo en su estuche ventilado
El estuche debe estar limpio y seco. Evita guardarlo envuelto en servilletas o en el bolsillo, ya que puede dañarse o perderse.
Con esta sencilla rutina evitarás manchas, olores y acumulación de bacterias que pueden afectar tanto al retenedor como a tu salud bucal.
Limpieza profunda para retenedores muy sucios
Si notas que tu retenedor tiene manchas persistentes, sarro o mal olor, incluso después de limpiarlo a diario, es momento de una higiene más profunda. Estas son las opciones que tendrías:
- Pastillas efervescentes limpiadoras
Diseñadas para prótesis y aparatos dentales, ayudan a eliminar manchas y bacterias. Lo ideal es usarlas de forma ocasional (una o dos veces por semana) y siguiendo las instrucciones del fabricante para evitar dañar el material. - Solución de agua y vinagre
Mezcla partes iguales de agua y vinagre blanco, sumerge el retenedor durante 15-20 minutos y luego cepillarlo con cuidado. Este método ayuda a disolver depósitos minerales, pero lo ideal es que lo hables antes con tu dentista. - Solución de bicarbonato de sodio
Disolver una cucharadita de bicarbonato en un vaso de agua es otra opción para neutralizar olores y reducir la acumulación de bacterias.
Importante: nunca utilices productos abrasivos ni limpiadores domésticos como lejía o alcohol, ya que pueden dañar el material y poner en riesgo tu salud.
Consejos extra para mantenerlos en buen estado
Para alargar la vida útil de tus retenedores y evitar problemas de higiene, sigue estas recomendaciones sencillas:
- No comer ni beber con ellos puestos (excepto agua). Los alimentos y bebidas pueden manchar, deformar o acumular residuos en el retenedor.
- Guárdalos siempre en su estuche cuando no los uses. Así evitarás que se ensucien, se pierdan o se rompan por accidente.
- Acude a revisiones periódicas con tu ortodoncista. El especialista evaluará el ajuste, el estado del material y te indicará si es necesario reemplazarlos o hacer una limpieza profesional.
Como conclusión te volvemos a recordar que la mejor forma de mantener los resultados de tu tratamiento de ortodoncia es utilizando tus retenedores y conservándolos limpios y en perfecto estado.
Con la rutina de limpieza que hemos visto y siguiendo las recomendaciones de tu ortodoncista, seguro que tu sonrisa se permanecerá perfecta durante mucho tiempo.
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