Una correcta higiene dental no pasa solo por cepillar los dientes, sino que tiene que tener en cuenta el resto de secciones que forman parte de la cavidad oral. Es decir, también hay que limpiar correctamente nuestra lengua, la parte inferior de las mejillas y, por su puesto, las encías.

Es muy importante prestar atención a la higiene de las encías, ya que, para que tengan ese color rosado sano que tanto luce en la sonrisa, es necesario que se limpien a diario.

Además, cepillando y limpiando bien las encías podemos prevenir la aparición de enfermedades como gingivitis, periodontitis y la aparición de caries y sangrado al cepillar entre otros. Porque efectivamente, una encía sana no sangra. De no limpiar las encías se corre el riesgo de que las bacterias se acumulen por debajo de la línea de la encía.

Cómo limpiar las encías

Para prevenir los problemas y enfermedades que hemos nombrado solo tenemos que prestar un poco de atención y cariño a esta parte de nuestra boca.

-Durante el cepillado debemos pasar el cepillo por la encía de un modo suave y con una ligera inclinación. Siguiendo esta técnica se consigue que las cedras del cepillo limpien la zona de unión entre el diente y la encía y con el suave movimiento de arrastre desde la encía hacia abajo se elimina la placa y el sarro. Hay que recordar que el movimiento sea siempre de arriba a bajo para no dañar las partes más sensibles de la encía.

-Uso de hilo o seda dental. Hay que acostumbrarse a usar el hilo dental a diario para limpiar correctamente las encías. Puede darnos un poco de pereza, pero una vez adquirida la técnica se tarda muy poco en realizar este gesto que salvaguarda nuestras encías. Usando la seda dental entre los dientes y bajo la encía conseguimos una buena limpieza interdental que arrastra hacia la suciedad y restos de comida hacia la superficie del diente. Para usar correctamente el hilo dental solo tienes que seguir estos pasos:

1-Cortar unos 45cm de hilo dental y enrollar cada extremo en los dedos medios de la mano; usaremos los dedos índice y pulgar para deslizar el hilo entre los dientes.

2-Hay que deslizar suavemente el hilo dental entre los dientes hasta llegar por debajo de la línea de la encía. Se trata de llegar hasta donde podamos sin forzar demasiado, ya que nos podemos dañar.

3-Se tiene que repetir el gesto anterior en todos los espacios interdentales corriendo el hilo entre los dedos (soltando de la mano derecha, recogiendo con la izquierda) para que cada espacio interdental se limpie con un trozo nuevo. Hay que advertir que es muy normal que aparezca un poco de sangrado las primeras veces que pasemos el hilo dental, ya que es una zona propensa a acumular placa dental e inflamarse un poquito, pero desaparece con los días. De ahí la importancia de adquirir este hábito de limpieza para prevenir problemas antes de que se agraven o aparezcan.

-Si se siguen estos dos pasos anteriores ya se estará realizando una correcta limpieza dental y de las encías a diario, pero si se quiere sumar un extra para proteger esta parte de la boca, nosotros recomendamos el uso de una pasta dentífrica formulada para combatir la aparición de placa dental y sarro. Esto es así porque, como ya hemos dicho con anterioridad, la placa dental es uno de los causantes de más problemas en las encías. Además, si se suma a la pasta dental un buen enjuague dental, se complementará a la perfección la higiene total de la boca.

Si quieres saber más sobre cómo proteger mejor a tus encías o quieres aprender y mejorar tu técnica y hábitos de limpieza, no dude en pedir cita y venir a vernos. Nuestros especialistas estarán encantados de mostrarte todas las técnicas de limpieza que desconoces y mejorar las que ya aplicas.